El territorio chipaya cuenta con hermosos atractivos naturales para aquellos turistas que lleguen hasta sus suelos: el salar de Coipasa, que tiene poco que envidiar al famoso Salar de Uyuni, las majestuosas dunas de arena, que los chipayas han aprendido a manejar a través de los siglos, y el extraordinario ecosistema altoandino que goza de una gran biodiversidad.
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Recorrido de observación al Salar de Coipasa
El territorio del municipio de Chipaya engloba también el extremo noreste del salar de Coipasa que está situado a 220 kilómetros hacia el sudoeste de la ciudad de Oruro. Su denominación deriva de la palabra aymara Qollpa que significa sal y es el segundo salar más grande de Bolivia después del salar de Uyuni, imagen emblemática de turismo en Bolivia. Una de las ventajas comparativas del salar de Coipasa respecto al salar de Uyuni, es que está fuertemente entrelazado con la cultura milenaria Uru Chipaya y no tiene los problemas de congestión turística que sufre ahora el salar de Uyuni.
Durante la visita se pueden apreciar las rocas, principalmente volcánicas, y la flora cactácea del lugar situada en inmensos paisajes de singular belleza: los 360º de alcance visual en los paisajes altiplánicos permiten divisar la cadena volcánica de la cordillera occidental de los Andes, cuyas montañas predominantes son el Tata Sabaya, el volcán de Tunupa, y se alcanza a ver, al noroeste, al Tata Sajama y los nevados de Payachatas. Al este, en un impresionante horizonte se logra avistar la cordillera real de los Andes. Otro atractivo de gran belleza a destacar son los amaneceres y crepúsculos del Altiplano.
Dunas de arena
En Chipaya se encuentran hermosas dunas de arenas blancas y rojas. Las rojas están ubicadas en el ayllu de Ayparavi y tienen un valor más agrícola que paisajístico. De hecho, los Chipayas manejan las dunas desde hace milenios, lo que ayuda especialmente en la producción de quinua.
En el noreste del territorio del Municipio Autónomo Indígena de Chipaya existe una gran cantidad de dunas de arena formadas por la erosión eólica, debido a los fuertes vientos con dirección oeste-este en esa región del Altiplano central. Las dunas de arena de diverso tamaño son parte del paisaje natural de los ayllus Uru Chipaya Ayparavi y Manasaya y representan fascinantes recursos de atracción turística, tanto por constituirse en miradores naturales de los inmensos paisajes del Altiplano, como por su interacción con la gestión territorial de la nación Uru Chipaya que, por cierto, cuenta con técnicas para la creación, retención y orientación de dunas de arena, así como para adaptar sistemas productivos agrícolas ligados a estas acumulaciones de arena.
Este tipo de manejo de dunas para la producción agrícola es inédito. Por generaciones se han usado combinaciones, a menudo ingeniosas, de prácticas de manejo y técnicas particulares adaptadas de forma local, que reflejan la evolución de la humanidad y su profunda armonía con la naturaleza. El resultado es, no solamente belleza estética extraordinaria, mantenimiento de la biodiversidad agrícola de importancia mundial, ecosistemas resilientes y herencia cultural valiosa, sino, sobre todo, la provisión sustentable de alimentos para la seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia para pequeños campesinos.
Es posible disfrutar de paseos (a pie o en vehículos) por las dunas de arena, desde muy temprano en la mañana hasta pasado el mediodía, alrededor de las tres de la tarde. Después de esa hora se desatan fuertes vientos y tormentas de arena, que si bien podrían constituir experiencias únicas para los turistas, también pueden obstaculizar las actividades turísticas al aire libre.
Observación de la biodiversidad alto andina
La biodiversidad altoandina está conformada por una vegetación y una fauna silvestre de características muy especiales, que se adaptaron a condiciones extremas de temperatura (heladas), altitud, humedad y salinidad.
Las especies de flora más características por su rusticidad y diversos usos son: colcha o ch’iji (Distichlis humilis), kauchi (Suaeda foliosa), paja brava (Festuca orthophylla), janki, garbancillo y otras propias de los gramadales y también de los bofedales.
Las especies más carismáticas de la fauna silvestre en la región de Chipaya son los flamencos, las llamas y los quirquinchos; pero también hay una diversidad importante de fauna, que cuenta, entre otros, con patos, lagartos, perdices, conejos y zorrinos.